Periodismo democrático y falta de estatidad – Silvio Waisbord

Resumen

La premisa inicial de este artículo es que el periodismo democrático, sin importar su especificidad, no resulta viable mientras los estados no sean capaces de desempeñar funciones clave que no pueden ser delegadas a ningún otro actor. Para el periodismo, un Estado instrusivo representa una problemática de igual tenor que un Estado débil, caótico y ausente. Este punto no ha sido suficientemente reconocido e investigado por parte de la literatura especializada sobre la actual expansión y consolidación de una prensa democrática mundial. La falta de estatidad (statelessness), una condición que afecta en particular a grandes regiones del Sur global, detiene las prospectivas para la consolidación del periodismo que hace al anclaje de la vida democrática. La ausencia del Estado facilita la violencia anti-prensa, mina las bases económicas para el desarrollo de nuevas organizaciones y debilita el imperio de la ley. Permanece aún difuso si la prensa, una institución que históricamente ha jugado roles clave en la construcción y renovación de la identidad nacional y que se conformó como catalizador de la medicación social, puede realizar también contribuciones significativas en el fortalecimiento efectivo de los estados democráticos. El artículo concluye con una serie de sugerencias sobre los modos en los cuales la prensa puede sostener procesos de construcción de estatidad. Se argumenta que, si bien el periodismo concebido como una institución civil no puede por sí solo solucionar problemas enquistados de violencia, seguridad y ausencia legal, sí puede contribuir a la construcción de estatidad a través del monitoreo de las acciones estatales, llamando la atención sobre determinados problemas, e identificando mecanismos efectivos de accountability.
Palabras clave: desarrollo – globalización – periodismo – Estado – violencia

Abstract

The starting premise of this article is that democratic journalism, no matter its specifics, is not viable as long as states are unable to perform key functions that cannot be delegated to other actors. For journalism, an intrusive state is as problematic as a tenuous, chaotic, and absent state. This point has not been sufficiently recognized and investigated in the literature on the current expansion and consolidation of a democratic press worldwide. “Statelessness,” a condition particularly affecting large swaths of the global South, deters the prospects for the affirmation of journalism that anchors democratic life. State absence facilitates anti-press violence, undermines the economic basis for news organizations, and weakens the rule of law. It remains unclear whether the press, an institution that has historically played key roles in building and renovating national identities and mediating civic engagement, can also make significant contributions to strengthening effective and democratic states. The article concludes by suggesting ways in which the press supports state-building processes. It is argued that although journalism as civic institution alone cannot address entrenched problems of violence, security, and lawlessness, it contributes to statebuildin through monitoring state actions, raising attention to problems, and identifying effective accountability mechanisms.
Keywords: development – globalization – journalism – State – violence
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